24h-rollers. Es una prueba de resistencia sobre patines en línea que tiene lugar anualmente en el circuito automovilístico de la localidad francesa de Le Mans. Se trata de una carrera por equipos en la que, a semejanza de la prueba automovilística homónima, se desarrolla de forma ininterrumpida durante 24 horas relevándose los integrantes de cada equipo. Vence el equipo que más vueltas consiga dar al circuito en esas 24 horas.
Se puede participar en 5 categorías:
- Découverte (nueva categoría): Equipos de 11 ó 12 participantes, a partir de los 14 años
- Sportif (la categoría clásica): Equipos entre 7 y 10 participantes, a partir de los 16 años
- Endurance: Equipos entre 3 y 6 participantes, a partir de los 18 años
- Duo: Equipos de 2 componentes, a partir de los 18 años
- Solo: Patinadores que hacen la prueba en solitario, a partir de los 18 años
Veremos, entre los que estéis interesados, en qué categorías nos animamos a participar pero, fundamentalmente nos centraremos en las dos primeras.
¿Qué nivel deben tener los participantes?
En esta prueba participan patinadores de todos los niveles. La mayoría de los alumnos de iniciación podríais animaros a participar porque, de aquí a Junio, hay tiempo de sobra para aprender pero es necesario recordar que se trata de una carrera, no es una ruta ni un paseo y, aunque la superficie del circuito es ideal para patinar, el trazado y las pendientes tienen cierta dificultad técnica. En caso de duda, los monitores os poderoso aconsejar
¿Cuáles son las dificultades principales?
Las dificultades principales son tres:
- La subida DUNLOP: Al comienzo del circuito está la subida que lleva al arco DUNLOP. Es una subida larga que, al principio, no parece para tanto pero que, con el paso de las vueltas, se va acumulando. No es un tramo, en principio, peligroso, pero va complicándose según pasa el tiempo y aumenta el cansancio
- Las bajadas: Nada más coronar el alto de DUNLOP comienza una bajada pronunciada que acaba en curva a derechas. Es una bajada que puede hacerse a tumba abierta y en la que los patinadores van muy, muy rápido. Éste sí es un punto peligroso tanto por la pendiente y el trazado como por las circunstancias de carrera. Existe otra bajada menos pronunciada que acaba en otra doble curva a derechas que también tiene su complicación. Conviene tener confianza en bajadas y, si no la tenemos, buscar los exteriores del trazado donde no se molesta a los patinadores más veloces.
- Los relevos: En la recta de meta se sitúan los paddocks de relevo. Todos los participantes están relevándose y hay que estar muy atento al compañero que llega a dar el relevo y al resto de corredores que están haciendo otro tanto. Son frecuentes los despistes que, si no estamos atentos, pueden acabar en choques y caídas.
¿Cómo vamos a hacerlo?
Básicamente la participación exige estar allí el sábado 28 de Junio por la mañana para formalizar las inscripciones. La prueba da comienzo a las 16:00 del sábado y termina a las 16:00 del domingo. Trataremos de coordinarnos para hacer el viaje de ida y vuelta y, si fuera necesario, buscar alojamiento para alguna noche.
Tengo muchas dudas
No os preocupéis, os iremos comentando detalles en las clases y haremos alguna reunión informativa
PatinEskola en las 24 horas de Le Mans 2014
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Re: PatinEskola en las 24 horas de Le Mans 2014
Bien!!!...tras dos años de ausencia tengo muchas ganas de volver, esta vez con equipo PatinEskola. Animaos, que es una experiencia increible
Re: PatinEskola en las 24 horas de Le Mans 2014
Lástima de fechas! Nos coincide con un viaje a los Alpes a subir puertacos con las bicis!
Todo no se puede.
Todo no se puede.
Re: PatinEskola en las 24 horas de Le Mans 2014
jooooooooooooooooooooUribe escribió:Lástima de fechas! Nos coincide con un viaje a los Alpes a subir puertacos con las bicis!
Todo no se puede.
Re: PatinEskola en las 24 horas de Le Mans 2014
A ver, a ver, Uribe ¿no me irás a comparar subir puerticos en los Alpes con subir no se cuantas veces la Dunlop? ¿No?Uribe escribió:Lástima de fechas! Nos coincide con un viaje a los Alpes a subir puertacos con las bicis!
Todo no se puede.
La cuesta en la que, según pasan las vueltas, va aumentando gradualmente la pendiente... ¿Eh? ¿Donde encuentras eso en Alpes?
Re: PatinEskola en las 24 horas de Le Mans 2014
Por si a alguien le sirve para animarse, aquí os dejo un texto que escribí el 2007 tras mi primera participación en la prueba. ¡Que recuerdos!
Asfalto, 24 horas y muchas ruedas
¿A las 24 horas de Le Mans? Me apunto ¡fijo! Febrero del 2007, pistas de Somport. Cuando me lo preguntaron no lo dudé: patinar es, en el fondo, parecido a esquiar, o sea que ¿por qué no?
Ya hacía un par de años que les había echado el ojo a las 24 Horas de Le Mans en patines, pero, como a tantas otras actividades a las que les echo el ojo, era una más de esas ideas que están ahí, que lo mismo caen como que no... Pero alguna cae, posiblemente la que menos esperas, y las 24 Horas de Le Mans ¡cayeron!
Así, el primer fin de semana de julio nos encontrábamos en el circuito de Le Mans, el mismo en el cual 15 días antes se habían celebrado las 24 horas buenas, las de los coches, y un mes antes el GP de Francia de motociclismo ¿Vamos a ser menos los patinadores?
Allí estábamos, con otros 5.500 patinadores, divididos en 550 equipos de hasta 10 componentes cada uno, que nos iríamos relevando cada cual según la táctica que quisiera... ¡Aaaaahhh! Ya te has relajado ¿Creías que era una burrada de esas de hacer sólo? Pues no... o sí: una décima parte de los equipos inscritos lo formaba... exacto una sola persona: 59 patinadores decidieron hacerlo en solitario. ¿Podrán aguantar? ¡Vaya si pueden!
La cosa es que allí estamos el viernes al atardecer. Para cuando llegamos al camping del circuito la barbacoa ya está en marcha. Yo voy en un multi-equipo multi-nacional: la asociación Patinar en Zaragoza (PeZ) propuso a través de la red la participación a los que se animaran a formar un equipo, con tanto éxito que al final salieron ¡3!. Eso sí: los de Zaragoza no son mayoría: en las filas de los “PeZ teams” hay algunos maños, pero el resto provenimos de Barcelona, Castellón, o Euskadi. Y no somos los únicos equipos del estado: en total sumamos 13 (Basauri, Bilbao, Málaga, Tarragona y Vitoria, con dos equipos cada uno)
Ya por la mañana temprano hay trabajo, y eso que las 24 horas no se inician hasta las 16:00. Pero entre confirmar las inscripciones (colas) pasar por el baño y/o la ducha (más colas), visitar el tenderete de venta de recambios y patines, y darse el paseillo organizado que sale a las 10, ya has echado la mañana. Casi no queda tiempo ni para montar el box.
Se acerca el momento de la salida. La grada principal está llena, y también el pasillo de boxes Los patinadores en sus puestos y los patines en los suyos. Si, al igual que se hace en las 24 horas de moto, en cuanto se da la salida hay que ir corriendo a pie hasta los patines, calzárselos y salir... Aquí ya se ven que algunos tiene intenciones muy claras: ¡ganar!. Otros en cambio se lo toman con más calma, 24 horas dan para mucho...
A partir de ahora todos los nervios se pasan... salvo en el momento de dar el relevo. Según los equipos las tácticas son diferentes. Los más rápidos relevan a cada vuelta, un esprint de entre 7 y 8 minutos por vuelta, y llegan alcanzar los 75 km/h en la bajada de Dunlop. Si, la bajada, precedida, obviamente por... la subida. El arco Dunlop es una imagen que a todos se nos queda grabada: la ¿eterna? cuesta arriba, el rincón que algunos de los solitarios emplean para “evacuar”, el rápido descenso (incluso el descenso-descanso)... Cada cual tiene su lectura, pero para todos Dunlop es, y será, una referencia.
Y luego llegan las partes “de rodar”, la otra mitad del circuito, esas en las los trenes de corredores te pasan, o en las que entras a formar parte de uno de ellos y eres tu el que pasas a otros. Esas en las que disfrutas de patinar, de “deslizarte” sobre un patín, y luego sobre el otro... solamente faltan los bastones. ¡Empuja!(*)
Un par de curvas más y ya está... Ahora toca buscar a tu compañero de relevo. Algunos equipos idean diferentes sistemas para encontrarse, pero tampoco es difícil. Cuestión de buscar referencias. Y una vez te topas con él, de todo: desde darle referencias sobre el estado de la pista, hasta darle un empujoncito para que salga más rápido, el relevo “a la americana”, una de mis asignaturas pendientes.
Pero 24 horas son muchas horas para estar patinando y esperando. Por eso, según cae la noche, cada equipo adopta su táctica preferida: los hay que siguen a relevos de uno en uno, aunque la mayor parte optan por hacer pequeños subequipos de 3 o 4 corredores, y hacer varias horas seguidas entre ellos.
La noche... ¿has patinado de noche alguna vez? Merece la pena. Sobre todo en Le Mans: aquí no hay coches, ni semáforos o peatones, está convenientemente iluminado, y no hace tanto calor... Incluso, hasta puede ¡llover! ¿Has patinado alguna vez bajo la lluvia? Merece la pena. Sobre todo en Le Mans: el terreno agarra bastante, aunque no deja de ser más arriesgado que hacerlo en seco. Y sobre todo, en Le Mans, aunque llueva, ves que hay varios cientos de “locos” como tu, patinando de noche y bajo la lluvia. Y eso anima ¿no? Tus rodamientos, mojados, se ponen a sonar, silbar, como los de los buenos, que no hacen sino adelantarte... Y te sientes bien.
Entre relevos aprovechas para taparte un poco, comer un poco, beber un poco, mirar el reloj, destaparte otra vez y empezar a buscar al fondo de la recta a tu compañero. Tiene que estar al llegar...
Mientras tanto, en los boxes, algunos intentan dormir, otros se conforman con estar tumbados, y unos pocos no dejan de trabajar: montando las ruedas blandas para el agua, cambiando rodamientos, curándose las ampollas de los pies...
Y entre vuelta y vuelta, gota y gota, relevo a relevo, va amaneciendo, la pista se va secando, y... llega el viento. ¿Has patinado alguna vez con viento? Subes Dunlop como nunca, lo bajas como siempre, y en la otra mitad del circuito, con el viento en contra, te vuelves a acordar de ¡los bastones! ¡Empuja, empuja!
Y en eso que notas que por detrás alguien se apoya en ti. Tu le quitas el aire y él te empuja. Perfecta comunicación, perfecto ritmo, notas la velocidad. Y todavía son muchos los que te pasan. Pero te da igual.
Y ya van llegando las cuatro de la tarde, tras tu último relevo subes a las gradas para ver el final, y ya todo te da igual. No sabes si tienes sueño, o hambre, o ganas de ducharte o de ir al baño, pero estás seguro de una cosa: el año que viene ¡volverás!
(*) No hay que olvidar que a los patines llegué por el esquí de fondo
Asfalto, 24 horas y muchas ruedas
¿A las 24 horas de Le Mans? Me apunto ¡fijo! Febrero del 2007, pistas de Somport. Cuando me lo preguntaron no lo dudé: patinar es, en el fondo, parecido a esquiar, o sea que ¿por qué no?
Ya hacía un par de años que les había echado el ojo a las 24 Horas de Le Mans en patines, pero, como a tantas otras actividades a las que les echo el ojo, era una más de esas ideas que están ahí, que lo mismo caen como que no... Pero alguna cae, posiblemente la que menos esperas, y las 24 Horas de Le Mans ¡cayeron!
Así, el primer fin de semana de julio nos encontrábamos en el circuito de Le Mans, el mismo en el cual 15 días antes se habían celebrado las 24 horas buenas, las de los coches, y un mes antes el GP de Francia de motociclismo ¿Vamos a ser menos los patinadores?
Allí estábamos, con otros 5.500 patinadores, divididos en 550 equipos de hasta 10 componentes cada uno, que nos iríamos relevando cada cual según la táctica que quisiera... ¡Aaaaahhh! Ya te has relajado ¿Creías que era una burrada de esas de hacer sólo? Pues no... o sí: una décima parte de los equipos inscritos lo formaba... exacto una sola persona: 59 patinadores decidieron hacerlo en solitario. ¿Podrán aguantar? ¡Vaya si pueden!
La cosa es que allí estamos el viernes al atardecer. Para cuando llegamos al camping del circuito la barbacoa ya está en marcha. Yo voy en un multi-equipo multi-nacional: la asociación Patinar en Zaragoza (PeZ) propuso a través de la red la participación a los que se animaran a formar un equipo, con tanto éxito que al final salieron ¡3!. Eso sí: los de Zaragoza no son mayoría: en las filas de los “PeZ teams” hay algunos maños, pero el resto provenimos de Barcelona, Castellón, o Euskadi. Y no somos los únicos equipos del estado: en total sumamos 13 (Basauri, Bilbao, Málaga, Tarragona y Vitoria, con dos equipos cada uno)
Ya por la mañana temprano hay trabajo, y eso que las 24 horas no se inician hasta las 16:00. Pero entre confirmar las inscripciones (colas) pasar por el baño y/o la ducha (más colas), visitar el tenderete de venta de recambios y patines, y darse el paseillo organizado que sale a las 10, ya has echado la mañana. Casi no queda tiempo ni para montar el box.
Se acerca el momento de la salida. La grada principal está llena, y también el pasillo de boxes Los patinadores en sus puestos y los patines en los suyos. Si, al igual que se hace en las 24 horas de moto, en cuanto se da la salida hay que ir corriendo a pie hasta los patines, calzárselos y salir... Aquí ya se ven que algunos tiene intenciones muy claras: ¡ganar!. Otros en cambio se lo toman con más calma, 24 horas dan para mucho...
A partir de ahora todos los nervios se pasan... salvo en el momento de dar el relevo. Según los equipos las tácticas son diferentes. Los más rápidos relevan a cada vuelta, un esprint de entre 7 y 8 minutos por vuelta, y llegan alcanzar los 75 km/h en la bajada de Dunlop. Si, la bajada, precedida, obviamente por... la subida. El arco Dunlop es una imagen que a todos se nos queda grabada: la ¿eterna? cuesta arriba, el rincón que algunos de los solitarios emplean para “evacuar”, el rápido descenso (incluso el descenso-descanso)... Cada cual tiene su lectura, pero para todos Dunlop es, y será, una referencia.
Y luego llegan las partes “de rodar”, la otra mitad del circuito, esas en las los trenes de corredores te pasan, o en las que entras a formar parte de uno de ellos y eres tu el que pasas a otros. Esas en las que disfrutas de patinar, de “deslizarte” sobre un patín, y luego sobre el otro... solamente faltan los bastones. ¡Empuja!(*)
Un par de curvas más y ya está... Ahora toca buscar a tu compañero de relevo. Algunos equipos idean diferentes sistemas para encontrarse, pero tampoco es difícil. Cuestión de buscar referencias. Y una vez te topas con él, de todo: desde darle referencias sobre el estado de la pista, hasta darle un empujoncito para que salga más rápido, el relevo “a la americana”, una de mis asignaturas pendientes.
Pero 24 horas son muchas horas para estar patinando y esperando. Por eso, según cae la noche, cada equipo adopta su táctica preferida: los hay que siguen a relevos de uno en uno, aunque la mayor parte optan por hacer pequeños subequipos de 3 o 4 corredores, y hacer varias horas seguidas entre ellos.
La noche... ¿has patinado de noche alguna vez? Merece la pena. Sobre todo en Le Mans: aquí no hay coches, ni semáforos o peatones, está convenientemente iluminado, y no hace tanto calor... Incluso, hasta puede ¡llover! ¿Has patinado alguna vez bajo la lluvia? Merece la pena. Sobre todo en Le Mans: el terreno agarra bastante, aunque no deja de ser más arriesgado que hacerlo en seco. Y sobre todo, en Le Mans, aunque llueva, ves que hay varios cientos de “locos” como tu, patinando de noche y bajo la lluvia. Y eso anima ¿no? Tus rodamientos, mojados, se ponen a sonar, silbar, como los de los buenos, que no hacen sino adelantarte... Y te sientes bien.
Entre relevos aprovechas para taparte un poco, comer un poco, beber un poco, mirar el reloj, destaparte otra vez y empezar a buscar al fondo de la recta a tu compañero. Tiene que estar al llegar...
Mientras tanto, en los boxes, algunos intentan dormir, otros se conforman con estar tumbados, y unos pocos no dejan de trabajar: montando las ruedas blandas para el agua, cambiando rodamientos, curándose las ampollas de los pies...
Y entre vuelta y vuelta, gota y gota, relevo a relevo, va amaneciendo, la pista se va secando, y... llega el viento. ¿Has patinado alguna vez con viento? Subes Dunlop como nunca, lo bajas como siempre, y en la otra mitad del circuito, con el viento en contra, te vuelves a acordar de ¡los bastones! ¡Empuja, empuja!
Y en eso que notas que por detrás alguien se apoya en ti. Tu le quitas el aire y él te empuja. Perfecta comunicación, perfecto ritmo, notas la velocidad. Y todavía son muchos los que te pasan. Pero te da igual.
Y ya van llegando las cuatro de la tarde, tras tu último relevo subes a las gradas para ver el final, y ya todo te da igual. No sabes si tienes sueño, o hambre, o ganas de ducharte o de ir al baño, pero estás seguro de una cosa: el año que viene ¡volverás!
(*) No hay que olvidar que a los patines llegué por el esquí de fondo