Mi primera Behobia-SnSn
Publicado: 10 Nov 2014, 22:37
Llamada de un amigo:
- Que hemos quedado este domingo para hacer una travesía en patines.
- ¿Este domingo? ¡Pero si anuncian lluvia!
- Tranqui que vamos en grupo. Ya verás cómo lo pasamos bien, pero entrena un poco que hay algunas cuestas en el recorrido.
- ¿Cuestas? ¡Joder! No sé si me apetece mucho este plan. Yo bajar bajo pero subir como que no.
- ¡Ah! Y nos toca madrugar que vamos a coger el topo de las 7:40 en Easo.
- Vamos a ver, ¿estamos tontos o qué? Me estás diciendo que este domingo vamos a madrugar, vamos a sufrir subiendo cuestas y encima nos vamos a mojar. Vamos no me apunto ni loco, es que ni aunque me paguen.
- Ahí le has dado. Se me ha olvidado decirte que son cuarenta euros por barba.
Esto es un pequeño resumen de cómo es en teoría la Behobia-SnSn. Ahora os voy a contar como nos fue a nosotros.
Menos nervioso de lo que esperaba a las 7:30h ya estaba en la estación de Easo donde me junte con Idoia y Juan pues a Javi le habían podido los nervios y había cogido el topo anterior. El vagón al completo incluso con gente de pie. Al llegar a Ficoba, después de superar un pequeño embotellamiento con las puertas de la estación, nos montamos en el autobús que nos dejo en Behobia pero en la parte francesa.
Ya en territorio nacional nos juntamos con Javi y con un grupo de Donostiroller. Alejados del resto, camuflados por unos camiones, allí estábamos calentando a escondidas y preparándonos los patines. En lugar de prepararnos para una carrera parecía que nos estábamos organizando para un atraco. Hay que reconocer que hicimos un calentamiento bastante curioso.
Con el suelo mojado y con pronóstico de lluvia nos asalta el eterno dilema de los patinadores sobre el equipamiento a utilizar. Menos mal que yo ya había hecho los deberes y después de haber estudiado minuciosamente la orografía de la prueba no tenía ninguna duda: braslip de algodón. No quería por una caída cargarme el tanga de leopardo que lo reservo para ocasiones especiales.
Justo cuando dejamos la mochila en la furgoneta de Seycar (muchas gracias Iñaki) empezó a llover. Lo peor de la lluvia no es que te mojes, no, lo peor es lo que ven tus ojos. ¡Dios mío, qué horror!¿De dónde ha salido esa moda de los plásticos?. ¡Que poco glamour! Vamos es que atenta al buen gusto. Había más plástico en Behobia que en todos los invernaderos de Almería. Yo la única vez en mi vida que he utilizado plástico para mi vestuario todavía tenía pelo y había la excusa de que estábamos en carnavales.
El tramo hasta llegar a la salida no me gusto nada. Estaba lleno de corredores en ambos sentidos y había que patinar con bastante cuidado para adelantarlos. Yo pensaba que esa parte iba a estar despejada y reservada únicamente para dar la salida pero no es así. Creo que esto lo deberían mejorar pero con el poco espacio que hay lo tienen difícil.
Ya en la salida juntamos al personal. Menudo equipo habíamos preparado, las juventudes manteosas: Inhaxio, Santi, Ernesto, Iñaki, Todor, Javi, Juan y un servidor. Allí estábamos en la salida, con nuestros gadgets preparados, los ocho perfectamente alineados, tumbados boca abajo y con los ojos cerrados. Miento, yo los tenía abiertos, pero no penséis que era para hacer trampa y salir el primero, ni mucho menos, mi función dentro del equipo era la de vigilar de que no viniesen los italianos a sujetarnos las rodillas.
Nada más salir a unos quinientos metros nos llega una chicana. Eso que se dice en Manteo: En carrera no se frena, ¡nunca! así entre nosotros es una leyenda urbana ¿o no? Afortunadamente no caímos ninguno y empezamos a subir la primera cuesta. Poquito a poco llegamos arriba, comprobando que subiendo cuestas, patinar lo que se dice patinar, íbamos a patinar bastante pero no para adelante precisamente.
Más adelante me saludo un compañero del trabajo, también patinador, que conociendo mis limitaciones se había colocado en una zona llana para vernos pasar. Todo un detalle por su parte.
A continuación pasamos el colegio de Lasalle con su pequeña cuestita y acometimos la subida al alto de Arretxe, que parece una chorrada pero hay que darle. Aquí perdimos a parte del equipo. Cogimos la primera bajada con ciertas precauciones y enseguida pasamos la rotonda de los bomberos.
Luego empezó la subida a Gaintxurizketa y aquello fue un quiero y no puedo. Poco a poco la pendiente nos fui poniendo a cada uno en nuestro lugar, en mi caso el último. Yo me situé detrás de Javi al que como a mí tampoco le funcionaba el DRS.
Lo que no me parece de recibo y quiero alzar una queja contra la organización es en el aspecto musical. Está bien que nos pongan música para animarnos en la subida del puerto, pero es que a nosotros nos toco la canción “Bailando” de Enrique Iglesias que no está mal pero llega un momento en que el estribillo dice: ya no puedo más, ya no puedo más (joder Enrique me has leído el pensamiento). Esto me parece maltrato psicológico. Francis tu que tienes buenas relaciones con la organización deberías de pedirles un acto de desagravio con los rollers. No les presiones mucho, con un simbólico 50% de descuento en la inscripción del 2015 nos parece suficiente.
Sin perder de vista al resto del personal, Javi me hizo toda la subida. Justo antes de llegar arriba enganchamos con Karmele. No estaba mal, ya habíamos hecho siete kilómetros. Bajamos a toda velocidad pero aún y todo no fuimos capaces de coger ni a Juan ni a Inhaxio. También hay que decir que Javi y yo nos paramos para un momento hacernos un selfie con el pirata. Al final estos son los recuerdos que permanecen en el tiempo. Ir con Karmele fue un error, además de mujer, es de Renteria y claro solamente le animaban a ella y quieras o no todos tenemos nuestro corazoncito.
Animados por el vaticinio de Javi de que en una hora llegábamos a meta, aceleramos hasta la rotonda de Larzabal donde cogimos a Inhaxio y Juan.
Hay que reconocer que el cambio de recorrido ha sido un acierto. ¡Qué ricos estaban los churros que comimos en Renteria! Eso si el año que viene pedimos dos docenas, que menudo saque tienen algunos.
Todavía oliendo a fritanga subimos capuchinos y casi empalmando las dos bajadas llegamos a Antxo. A partir de aquí fue Inhaxio quien nos llevo hasta Donosti. El paso por Herrera fue majestuoso, comandados por Inhaxio, el maquinista de la general, allí íbamos los cuatro, ¡que estampa! Esperemos que las imágenes de las cámaras del helicóptero no sean en full HD porque como las vea Niko nos tiene en posición base hasta junio.
Por fin, la última subida, el alto de Miracruz, que parecía el Alpe D’Huez. Que gentío, solo faltaba el diablo rojo del tour con su tridente. Sabedores de que era nuestro último esfuerzo lo dimos todo hasta coronar el alto y comenzamos la bajada, con la carretera con el asfalto nuevo ¡qué gozada! Aquí me adelante unos metros de ellos y después de la rotonda de cocheras me junto con otros cinco “jóvenes” entre ellos Alberto de Donostiroller y llegamos juntos a la meta.
Con el vermut en la mano y sin tiempo de saborear el objetivo cumplido Roberto nos amenazo con su intención de preparar un grupo para Le Mans. Esto ya me parece de otro nivel así que habrá que meditarlo bien pero de primeras como que no. Bueno ya veremos.
Hay que felicitar a todos los miembros del grupo de los miércoles que participamos que fuimos unos cuantos, en especial a las chicas que son todas unas campeonas, Amale, Nerea, Eli, Aitziber, la pelirroja (perdona pero no me acuerdo de tu nombre), Olatz, Karmele, Idoia y Nekane. Por cierto Nekane déjate de ir con Gerardo que está amariconado y el año que viene te juntas con nosotros, si es que puedes seguirnos, que menudo nivel tenemos. Así por lo menos cambiamos de vistas, que estoy canso de mirarles el culo a Javi y Juan.
Hay que reconocer que soy un canalla pues no di un relevo en toda la mañana. Bueno di uno bastante largo, de unos veinte metros, pero que veinte metros, ¡los peores! Eran justo después de la rotonda de los bomberos en la subidita anterior a comenzar Gaintxurizketa. Conocedores el resto de los equipos de que éramos los mejores, lo que popularmente se conoce como “el equipo a batir” nos habían echado aceite en la carretera para empeorar nuestro record, pero ahí estuvimos como machotes superando el sabotaje.
Miguel Ángel que puntería con la cámara. Yo no es que quiera ser como el pequeño Nicolás y aparecer en todas las fotos pero de las dos que me has sacado, en la primera solo se me ve media pierna y en la segunda cuando yo decía jocosamente que iba ir de “tapado” no me refería exactamente a eso. Vamos que no me queda otro remedio que volver a salir el año que viene a ver si me sacas una foto en condiciones.
En resumen una jornada perfecta que se redondeo con la victoria de la Real.
- Que hemos quedado este domingo para hacer una travesía en patines.
- ¿Este domingo? ¡Pero si anuncian lluvia!
- Tranqui que vamos en grupo. Ya verás cómo lo pasamos bien, pero entrena un poco que hay algunas cuestas en el recorrido.
- ¿Cuestas? ¡Joder! No sé si me apetece mucho este plan. Yo bajar bajo pero subir como que no.
- ¡Ah! Y nos toca madrugar que vamos a coger el topo de las 7:40 en Easo.
- Vamos a ver, ¿estamos tontos o qué? Me estás diciendo que este domingo vamos a madrugar, vamos a sufrir subiendo cuestas y encima nos vamos a mojar. Vamos no me apunto ni loco, es que ni aunque me paguen.
- Ahí le has dado. Se me ha olvidado decirte que son cuarenta euros por barba.
Esto es un pequeño resumen de cómo es en teoría la Behobia-SnSn. Ahora os voy a contar como nos fue a nosotros.
Menos nervioso de lo que esperaba a las 7:30h ya estaba en la estación de Easo donde me junte con Idoia y Juan pues a Javi le habían podido los nervios y había cogido el topo anterior. El vagón al completo incluso con gente de pie. Al llegar a Ficoba, después de superar un pequeño embotellamiento con las puertas de la estación, nos montamos en el autobús que nos dejo en Behobia pero en la parte francesa.
Ya en territorio nacional nos juntamos con Javi y con un grupo de Donostiroller. Alejados del resto, camuflados por unos camiones, allí estábamos calentando a escondidas y preparándonos los patines. En lugar de prepararnos para una carrera parecía que nos estábamos organizando para un atraco. Hay que reconocer que hicimos un calentamiento bastante curioso.
Con el suelo mojado y con pronóstico de lluvia nos asalta el eterno dilema de los patinadores sobre el equipamiento a utilizar. Menos mal que yo ya había hecho los deberes y después de haber estudiado minuciosamente la orografía de la prueba no tenía ninguna duda: braslip de algodón. No quería por una caída cargarme el tanga de leopardo que lo reservo para ocasiones especiales.
Justo cuando dejamos la mochila en la furgoneta de Seycar (muchas gracias Iñaki) empezó a llover. Lo peor de la lluvia no es que te mojes, no, lo peor es lo que ven tus ojos. ¡Dios mío, qué horror!¿De dónde ha salido esa moda de los plásticos?. ¡Que poco glamour! Vamos es que atenta al buen gusto. Había más plástico en Behobia que en todos los invernaderos de Almería. Yo la única vez en mi vida que he utilizado plástico para mi vestuario todavía tenía pelo y había la excusa de que estábamos en carnavales.
El tramo hasta llegar a la salida no me gusto nada. Estaba lleno de corredores en ambos sentidos y había que patinar con bastante cuidado para adelantarlos. Yo pensaba que esa parte iba a estar despejada y reservada únicamente para dar la salida pero no es así. Creo que esto lo deberían mejorar pero con el poco espacio que hay lo tienen difícil.
Ya en la salida juntamos al personal. Menudo equipo habíamos preparado, las juventudes manteosas: Inhaxio, Santi, Ernesto, Iñaki, Todor, Javi, Juan y un servidor. Allí estábamos en la salida, con nuestros gadgets preparados, los ocho perfectamente alineados, tumbados boca abajo y con los ojos cerrados. Miento, yo los tenía abiertos, pero no penséis que era para hacer trampa y salir el primero, ni mucho menos, mi función dentro del equipo era la de vigilar de que no viniesen los italianos a sujetarnos las rodillas.
Nada más salir a unos quinientos metros nos llega una chicana. Eso que se dice en Manteo: En carrera no se frena, ¡nunca! así entre nosotros es una leyenda urbana ¿o no? Afortunadamente no caímos ninguno y empezamos a subir la primera cuesta. Poquito a poco llegamos arriba, comprobando que subiendo cuestas, patinar lo que se dice patinar, íbamos a patinar bastante pero no para adelante precisamente.
Más adelante me saludo un compañero del trabajo, también patinador, que conociendo mis limitaciones se había colocado en una zona llana para vernos pasar. Todo un detalle por su parte.
A continuación pasamos el colegio de Lasalle con su pequeña cuestita y acometimos la subida al alto de Arretxe, que parece una chorrada pero hay que darle. Aquí perdimos a parte del equipo. Cogimos la primera bajada con ciertas precauciones y enseguida pasamos la rotonda de los bomberos.
Luego empezó la subida a Gaintxurizketa y aquello fue un quiero y no puedo. Poco a poco la pendiente nos fui poniendo a cada uno en nuestro lugar, en mi caso el último. Yo me situé detrás de Javi al que como a mí tampoco le funcionaba el DRS.
Lo que no me parece de recibo y quiero alzar una queja contra la organización es en el aspecto musical. Está bien que nos pongan música para animarnos en la subida del puerto, pero es que a nosotros nos toco la canción “Bailando” de Enrique Iglesias que no está mal pero llega un momento en que el estribillo dice: ya no puedo más, ya no puedo más (joder Enrique me has leído el pensamiento). Esto me parece maltrato psicológico. Francis tu que tienes buenas relaciones con la organización deberías de pedirles un acto de desagravio con los rollers. No les presiones mucho, con un simbólico 50% de descuento en la inscripción del 2015 nos parece suficiente.
Sin perder de vista al resto del personal, Javi me hizo toda la subida. Justo antes de llegar arriba enganchamos con Karmele. No estaba mal, ya habíamos hecho siete kilómetros. Bajamos a toda velocidad pero aún y todo no fuimos capaces de coger ni a Juan ni a Inhaxio. También hay que decir que Javi y yo nos paramos para un momento hacernos un selfie con el pirata. Al final estos son los recuerdos que permanecen en el tiempo. Ir con Karmele fue un error, además de mujer, es de Renteria y claro solamente le animaban a ella y quieras o no todos tenemos nuestro corazoncito.
Animados por el vaticinio de Javi de que en una hora llegábamos a meta, aceleramos hasta la rotonda de Larzabal donde cogimos a Inhaxio y Juan.
Hay que reconocer que el cambio de recorrido ha sido un acierto. ¡Qué ricos estaban los churros que comimos en Renteria! Eso si el año que viene pedimos dos docenas, que menudo saque tienen algunos.
Todavía oliendo a fritanga subimos capuchinos y casi empalmando las dos bajadas llegamos a Antxo. A partir de aquí fue Inhaxio quien nos llevo hasta Donosti. El paso por Herrera fue majestuoso, comandados por Inhaxio, el maquinista de la general, allí íbamos los cuatro, ¡que estampa! Esperemos que las imágenes de las cámaras del helicóptero no sean en full HD porque como las vea Niko nos tiene en posición base hasta junio.
Por fin, la última subida, el alto de Miracruz, que parecía el Alpe D’Huez. Que gentío, solo faltaba el diablo rojo del tour con su tridente. Sabedores de que era nuestro último esfuerzo lo dimos todo hasta coronar el alto y comenzamos la bajada, con la carretera con el asfalto nuevo ¡qué gozada! Aquí me adelante unos metros de ellos y después de la rotonda de cocheras me junto con otros cinco “jóvenes” entre ellos Alberto de Donostiroller y llegamos juntos a la meta.
Con el vermut en la mano y sin tiempo de saborear el objetivo cumplido Roberto nos amenazo con su intención de preparar un grupo para Le Mans. Esto ya me parece de otro nivel así que habrá que meditarlo bien pero de primeras como que no. Bueno ya veremos.
Hay que felicitar a todos los miembros del grupo de los miércoles que participamos que fuimos unos cuantos, en especial a las chicas que son todas unas campeonas, Amale, Nerea, Eli, Aitziber, la pelirroja (perdona pero no me acuerdo de tu nombre), Olatz, Karmele, Idoia y Nekane. Por cierto Nekane déjate de ir con Gerardo que está amariconado y el año que viene te juntas con nosotros, si es que puedes seguirnos, que menudo nivel tenemos. Así por lo menos cambiamos de vistas, que estoy canso de mirarles el culo a Javi y Juan.
Hay que reconocer que soy un canalla pues no di un relevo en toda la mañana. Bueno di uno bastante largo, de unos veinte metros, pero que veinte metros, ¡los peores! Eran justo después de la rotonda de los bomberos en la subidita anterior a comenzar Gaintxurizketa. Conocedores el resto de los equipos de que éramos los mejores, lo que popularmente se conoce como “el equipo a batir” nos habían echado aceite en la carretera para empeorar nuestro record, pero ahí estuvimos como machotes superando el sabotaje.
Miguel Ángel que puntería con la cámara. Yo no es que quiera ser como el pequeño Nicolás y aparecer en todas las fotos pero de las dos que me has sacado, en la primera solo se me ve media pierna y en la segunda cuando yo decía jocosamente que iba ir de “tapado” no me refería exactamente a eso. Vamos que no me queda otro remedio que volver a salir el año que viene a ver si me sacas una foto en condiciones.
En resumen una jornada perfecta que se redondeo con la victoria de la Real.
